La cadena alimentaria puede jugarte una mala pasada, y acabar en las grandes fauces de un hipopótamos como lo ocurrió a Paúl.
Este hombre fue tragado por un hipopótamo en el río Zambezi de Zimbawe y aun es capaz de describir con palabras lo ocurrido, “No hubo transición en absoluto, ningún sentido de peligro inminente. Fue como si de pronto me hubiese quedado ciego y sordo.”
Este hombre se dedicaba a guiar balsas de turistas por el río y aunque un hipopótamo siempre tenia alguna agresividad ante los extraños nunca había atacado a nadie.
Sentía que mis piernas estaban rodeadas de agua, pero la mitad superior [de mi cuerpo]estaba casi seca. Parecía atrapado en algo resbaloso. Había un horrible aroma de azufre, como huevos podridos, y una tremenda presión contra mi pecho. Mis brazos estaban atrapados pero me las arreglé para liberar uno y sentir alrededor –mi mano pasó por las ásperas texturas del hocico del hipopótamo. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba bajo el agua, atrapado hasta mi cintura en su boca.
Consiguió la suficiente paciencia como para esperar a que el animal lo escupiera y nado hasta la orilla del rio para ponerse a salvo, algunos de los dientes del hipopótamo perforaron sus pulmones, uno de sus brazos quedo casi amputado.
Este hombre o tiene mucha suerte o una salud de hierro.
Fuente: No Sabes Nada
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