Hola que tal lectores de Micronoticia, se preguntarán ¿quién
es este individuo que escribe hoy? primero que nada hago una breve presentación
mía, soy Axel Zavala de México, estudiante casi graduado de comunicación (y
digo casi graduado no porque tenga la carrera trunca sino porque estoy a un mes
de lograr salir de la universidad y aquí me tienen) tengo 21 años y me apasiona
estar en la investigación constante de temas sociales, no convencionales y un
tanto científicos y curiosos; no quiero aburrirlos con notas comunes o lo que
pueden hacer algunos sitios de información (no digo nombres, ni hablo de nadie
en especial) que simplemente copian y pegan alguna noticia, si no es mucho
alarde, me gustaría compartirles la información y darles mi punto de vista y
opinión, claro primero aclaro que esto lo hago para que tengan una perspectiva
diferente y no cambiar su opinión, todo va de acuerdo a fomentar el criterio de
cada persona, dicho esto, les agradezco a quiénes vayan a leerme y un grato
gusto poder estar aquí. Sin más ni menos comenzamos.
Critica a la no crítica.
Cuando se trata de crítica más de uno salta a decir cientos
de cosas sin siquiera pensarlo, aunque ni nos lo pregunten para eso nos
pintamos solos o como dicen “nacimos para hablar y criticar”.
Hay críticas sobre el vecino,
sobre el maestro, sobre el compañero de trabajo, hasta por el sujeto que suele
pasar todos los días con su mascota y no limpia los desechos que deja por el
suelo; críticas sobre aspecto físico, sobre algunas deficiencias de habilidades
y hasta salimos buenos para poner sobrenombres, “El flaco” “El señor del perro
sucio” “La señora de tal…” y como estos muchos ejemplos. De críticas a criticas
hay muchas muy profesionales, inclusive son un trabajo pagado y formal, críticos
de cine, de modas, de arte en todas sus expresiones, críticos de comida, críticos
de vialidades y así tantos y tantos.
¿Y, sí criticamos a la crítica? O mejor aún a la “no crítica” pero ¿de qué crítica hablamos?
Si, esa crítica que suele presentarse al evaluar un trabajo,
al elegir unos zapatos, al estar en una situación de la vida personal o muy
importante, una crítica a la sociedad y a nosotros mismos.
La crítica constructiva es de mucha ayuda para solucionar o complementar algo, como a nosotros mismos y si no criticamos o
peor aún, lo hacemos pero no constructivamente de nada sirve.
Tomemos un par de minutos, en silencio, sin ninguna
distracción podemos criticarnos a nosotros mismos con dureza pero firmeza en
nuestra propia reconstrucción, pensamos en causas y consecuencias, aquí lo
importante es no quedarse callado o no pensarlo, formarnos un criterio amplio y
no encerrarse en sólo culparse o sólo elogiarse, algo sucedió y no del todo es
malo y no del todo es bueno.
Entonces si no decimos nada, sino exteriorizamos lo que
pensamos, lo que sentimos, si no damos nuestro punto de vista en todas las
situaciones posibles que se nos presenten, pero sobre todo tener en que
basarnos, que eso es muy importante, en que fundamentar esa crítica, tampoco podemos hablar sólo por
hablar; entonces tomate tiempo, si algo salió mal busca las posibles causas
por las cuales las consecuencias fueron esas, no dejes que algo influya en su totalidad en ti,
siempre hay que estar abiertos a toda clase de información, comentarios,
opiniones y nos hará bien escuchar, leer y comprender, pues tenemos esos
sentidos ¿no?
Para no hacerles el cuento más largo, critica, piénsalo, háblalo,
extérnalo, reflexiónalo.
Una crítica no es mala, seas tú el que critica o a quién
critican, si es mala la siguiente será buena, si es buena la siguiente será
mejor.
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